Una buena higiene bucodental comienza con el cepillo de dientes. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en la suciedad que este utensilio, que solemos guardar en el lavabo, puede acumular tras cada uso. Se estima que un cepillo dental puede albergar millones de microorganismos, entre los que hay bacterias como el E. coli, virus de la gripe y hongos. A pesar de que nuestro sistema inmune suele protegernos de muchas de estas amenazas, usar un cepillo de dientes que no se limpia de forma adecuada puede llevar a problemas de salud bucal y general, sobre todo si nuestro sistema inmunológico está debilitado
En este post queremos explicarte cómo se ensucia tu cepillo de dientes con el uso diario y darte algunos consejos prácticos para mantenerlo siempre limpio.
¿Por qué se ensucia tanto el cepillo de dientes?
Cuando usamos nuestro cepillo, no solo estamos eliminando restos de comida y placa de nuestros dientes, sino también microorganismos que viven en nuestra boca. Estos gérmenes pueden quedar atrapados en las cerdas del cepillo y, si no los eliminamos adecuadamente, podrían volver a entrar en contacto con nuestra boca en el siguiente cepillado.
Además, el baño no es precisamente el lugar más higiénico. Es un espacio donde se acumulan muchas bacterias, sobre todo si el cepillo se guarda cerca del inodoro. Cada vez que tiramos de la cadena, el agua puede esparcir pequeñas gotas que contienen bacterias en un radio de hasta dos metros, lo que aumenta el riesgo de contaminación.
Consejos prácticos para mantener limpio tu cepillo de dientes
Ya hemos visto que el cepillo de dientes se puede ensuciar con facilidad, pero también es cierto que mantenerlo limpio no es tan complicado. Aquí te damos algunos consejos fáciles y prácticos:
Enjuagar el cepillo después de cada uso
Tanto si utilizas un cepillo de dientes manual como eléctrico, es importante enjuagar bien el cabezal del cepillo con agua del grifo después de cada uso. Esto ayuda a eliminar la mayoría de las partículas de comida, placa y bacterias acumuladas. Este enjuague es suficiente para mantener el cepillo en buen estado en el día a día.
Desinfectar el cepillo cada semana
Para una limpieza más profunda, es recomendable desinfectar el cepillo de dientes al menos una vez por semana. Esto ayudará a eliminar los gérmenes o residuos que puedan quedar después de los enjuagues diarios. Algunos métodos eficaces son:
- Colutorio de clorhexidina: sumerge las cerdas del cepillo en un vaso con colutorio durante una hora, y luego enjuágalo con agua.
- Vinagre blanco: mezcla dos cucharadas de vinagre blanco en medio vaso de agua. Deja tu cepillo en remojo durante dos horas, luego acláralo con agua del grifo y deja que se seque al aire libre.
- Agua hirviendo: sumergir el cepillo en agua hirviendo durante unos dos minutos puede eliminar gran parte de las bacterias acumuladas.
Evitar el contacto con otros cepillos
Es extremadamente importante no compartir el cepillo de dientes y evitar que entre en contacto con los cepillos de otras personas. Cada persona tiene una flora bacteriana única, y el contacto entre cepillos puede transferir bacterias que no son propias de tu boca.
Cambiar el cepillo cada 3 meses
Con el uso, las cerdas del cepillo se deforman y pierden eficacia. Además, acumulan bacterias. Por esta razón, se recomienda cambiar el cepillo cada tres meses o antes si las cerdas están visiblemente desgastadas. También deberías cambiar el cepillo si has pasado por alguna infección bucal o una enfermedad como el resfriado o la gripe.
¿Debes usar un capuchón en tu cepillo?
Cubrir el cepillo de dientes con un capuchón justo después de su uso puede parecer una medida higiénica, pero en realidad podría tener el efecto contrario. Al tapar el cepillo cuando aún está húmedo, se retiene la humedad, lo que crea un ambiente ideal para que proliferen bacterias y hongos en las cerdas.
Lo más recomendable es dejar que el cepillo se seque del todo al aire libre y en posición vertical, asegurándote de que no toque superficies ni otros cepillos. Una vez que esté seco, puedes optar por cubrirlo con un capuchón si lo prefieres, pero solo si lo vas a almacenar en un lugar seco y bien ventilado. De lo contrario, el riesgo de crear un entorno favorable para el crecimiento bacteriano sigue presente, aunque el cepillo esté cubierto. Además, si decides usar un capuchón, es importante limpiarlo regularmente, ya que también puede acumular restos de humedad y bacterias.
Finalmente, deberías evitar guardar el cepillo cerca del inodoro para evitar que se contamine con bacterias dispersas por el aire.
Microorganismos beneficiosos en tu cepillo de dientes
Sorprendentemente, no todos los microorganismos presentes en tu cepillo de dientes son dañinos. Un estudio reciente de la Universidad Northwestern encontró más de 600 especies virales diferentes en cepillos y otros objetos del baño, como el cabezal de la ducha. Algunas de estas especies podrían ser beneficiosas para la salud.
Bacteriófagos: virus que nos protegen
Entre los microorganismos identificados, destacan los bacteriófagos, o fagos, virus que atacan bacterias dañinas, incluidas aquellas que pueden causar caries o gingivitis. Estos fagos actúan como defensores naturales, ayudando a mantener un equilibrio saludable en la microbiota bucal.
Diversidad de virus según el entorno
El estudio también reveló que la diversidad de bacteriófagos varía según las condiciones del baño. Por ejemplo, los cepillos almacenados en baños bien ventilados mostraron una mayor diversidad de estos microorganismos beneficiosos, lo que sugiere que el aire fresco favorece su proliferación.
¿Se eliminan los virus beneficiosos con la limpieza?
Aunque desinfectar el cepillo regularmente es importante, no elimina completamente todos los microorganismos. Los bacteriófagos, por su resistencia, suelen sobrevivir a muchos métodos de desinfección, lo que significa que es posible mantener su presencia beneficiosa incluso tras la limpieza.
Cepillo de dientes limpio, boca sana
En resumen, mantener el cepillo de dientes limpio es fundamental para preservar una buena salud bucal y evitar la proliferación de bacterias y otros microorganismos que pueden afectar nuestra salud. Siguiendo unos sencillos pasos como enjuagarlo bien, desinfectarlo periódicamente y almacenarlo en condiciones adecuadas, puedes asegurarte de que tu cepillo cumple con su función de manera eficaz. Y recuerda que aunque algunos microorganismos pueden ser dañinos, otros pueden estar ahí para protegernos.