La sensibilidad dental puede causar dolor. ¿Cómo puedes aliviar los dientes sensibles? En este post te decimos qué puedes hacer tú —higiene dental, dieta, remedios caseros— y el odontólogo para dar con una solución a la sensibilidad dental.

Sensibilidad dental: molestias y dolor

Cuando tienes dientes sensibles, algunas actividades pueden causar molestias o incluso dolor. Puede ser cepillarte los dientes, comer o beber. Incluso puedes tener sensibilidad dental al respirar aire frío.

Los dientes sensibles suelen ser el resultado de un esmalte desgastado o de unas raíces dentales expuestas por unas encías retraídas. En otras ocasiones, las causas de la sensibilidad dental son una caries, un diente astillado o roto, un empaste desgastado, o la enfermedad de las encías.

Protección de esmalte y encías contra la sensibilidad dental

¿Cómo quitar la sensibilidad dental? La clave está en el esmalte y en las encías. Un esmalte y unas encías fuertes contribuyen a evitar este problema.

El esmalte es la capa externa del diente. Es extremadamente dura, para proteger al diente de forma eficaz. Ahora bien, se desgasta. Y si ese deterioro es muy grande, las terminaciones nerviosas de la dentina —causantes del dolor— quedan expuestas. La dentina es la capa del diente que queda justo debajo del esmalte.

Una buena higiene dental contribuye a proteger el esmalte y las encías. Pero el cuidado de los dientes se debe hacer siguiendo determinadas pautas, y moderando el consumo de ciertos alimentos y bebidas.

Lo que está claro es que en tú mano están muchas de las cosas que pueden impedir la sensibilidad de los dientes.

Dentífrico para dientes sensibles

¿Qué pasta de dientes utilizas? Si tienes el dolor dental característico de los dientes sensibles, utiliza solo pasta dentífrica para este tipo de dientes.

Para aliviar los síntomas de esta condición, una pasta para dientes sensibles puede ser de mucha ayuda. La mayor parte de estas pastas dentífricas contienen un ingrediente que, de forma temporal, rellena los pequeños orificios en el esmalte y en la dentina. De esta manera se reduce la exposición de los nervios sensibles del diente.

Cepillo de dientes suave

La rutina de cepillado de dientes también puede contribuir a mitigar la sensibilidad dental. Debes cepillarte los dientes al menos dos o tres veces al día, tras las comidas. Pero lo tienes que hacer de forma menos brusca, y debes pasarte a un cepillo de dientes suave.

Los cepillos de cerdas duras pueden agravar la sensibilidad dental. La razón es que pueden provocar más agujeros microscópicos en el esmalte, lo que se traduce en más dolor dental. Además, los cepillos duros pueden empeorar la recesión de las encías, problema que deja expuesta la dentina del diente y las terminaciones nerviosas.

Dieta sin alimentos y bebidas ácidos

Los alimentos y bebidas con un alto contenido ácido van deteriorando el esmalte poco a poco. Por este motivo es tan importante reducir al mínimo la ingesta de las opciones más ácidas.

Deberías evitar las bebidas carbonatadas —si las bebes, utiliza una pajita— y moderar el consumo de frutas cítricas (naranja, mandarina, limón, etc) y de vinos

Después de comer o beber una sustancia muy acídica, bebe agua para equilibrar los niveles de pH de la saliva.

Otro consejo: si has comido algo ácido, espérate media hora o más a cepillarte los dientes. El motivo es que justo después de la ingesta, el esmalte es demasiado vulnerable.

Finalmente, además de evitar los alimentos con mucho ácido, también es recomendable que evites los alimentos demasiado calientes o fríos.

Alimentos para reforzar el esmalte

Para reforzar el esmalte, ¿qué alimentos y bebidas deberían tener más peso en la dieta?

• Frutas y verduras ricas en fibra
• Queso
• Leche
• Yogur natural

Todas estas propuestas hidratan la boca y ayudan a combatir el ácido y las bacterias que pueden dañar los dientes. La producción de saliva es decisiva para una cavidad oral sana y sin dientes sensibles.

¿Cómo soluciona el dentista la sensibilidad dental?

Al margen de todas la buenas prácticas que hemos explicado, muchas veces la sensibilidad dental puede ser el indicio de un problema que hay que solucionar en la clínica dental.

Siempre que hay dolor de dientes y encías, con independencia de que sigas los consejos que te hemos dado, hay que acudir al dentista.

El odontólogo explorará tu boca para ver si los dientes sensibles son, a su vez, indicio de otros problemas. Eso sí, afortunadamente, muchas veces el problema no va más allá de la mera sensibilidad dental.

Hay diferentes tratamientos para controlar la sensibilidad y para impedir el avance de este problema.

Barnices y recubrimientos dentales

El odontólogo puede emplear barnices y recubrimientos para mitigar la sensibilidad dental.

El barniz de flúor puede ser muy útil, al rellenar los minúsculos agujeros en el esmalte que dejan el diente a la intemperie de los cambios de temperatura y de otros factores. También hay la opción de que el propio paciente se administre el flúor en casa con el uso de una férula personalizada, con la prescripción del dentista.

Además, hay agentes adhesivos y recubrimientos que se pueden utilizar para fortalecer el esmalte y la dentina.

Placas de descarga

Una manera de solucionar la sensibilidad es el uso de placas de descarga. La explicación es que, a veces, los dientes sensibles lo son a causa del bruxismo, que es el apretar y rechinar de dientes durante las horas de sueño. Si tienes bruxismo, la clínica dental te puede hacer una férula protectora personalizada que solo debes llevar al dormir.

Encías sanas para evitar la sensibilidad dental

Como hemos explicado, unas encías inflamadas y desgastadas pueden causar sensibilidad dental. Por esta razón es tan importante que el dentista explore las encías. En caso de diagnosticar periodontitis, debería hacer un tratamiento específico para resolver el problema.

• Injerto de encías. Si la raíz del diente ha perdido encía, se pueden tomar tejido gingival de otra parte de la boca y hacer un injerto. Así se puede proteger esta raíz y reducir la sensibilidad dental.
• Endodoncia. Podría pasar que los dientes sensibles causen un dolor intenso y que otros tratamientos no sean efectivos. En este supuesto, en el que el diente ya habría sufrido un daño severo, el odontólogo podría recomendar una endodoncia.

Un descanso con el blanqueamiento dental

Si notas sensibilidad dental, es posible que tengas que tomarte un descanso con los blanqueamientos dentales. Habla con el odontólogo para saber qué impacto puede tener el tratamiento de blanqueamiento.

Quitar la sensibilidad dental: remedios caseros

Hay varios remedios caseros para aliviar los dientes sensibles.

Enjuague casero con sal

Esta solución casera consiste en hacerse enjuagues con sal y agua. El agua salada reequilibra los niveles de pH de la boca.

Una forma sencilla de hacer este enjuague es poner dos cucharaditas de sal en un vaso con agua tibia. Este enjuague se puede hacer por la mañana y por la noche, hasta que la sensibilidad disminuya.

Aceite de coco

Si tienes sensibilidad dental por un exceso de bacterias en la boca, el aceite de coco puede ser de ayuda. De este modo, esta sustancia controla las bacterias, elimina la placa, y suprime gérmenes y toxinas de la superficie de la encía. Todos estos beneficios se traducen en menos sensibilidad.

Basta una cucharada de aceite de coco en la boca para hacerse el enjuague, que dura unos 20 segundos. Luego escupes el aceite, y aclaras la boca con agua tibia.

Aceite de clavo

El aceite de clavo es antiinflamatorio, germicia y analgésico. Como extracto para el enjuague, tiene un efecto anestésico que va bien para la sensibilidad dental.

Ajo

El ajo es bueno para la salud bucodental. Así, contribuye a reducir las bacterias y a aliviar el dolor. La contraindicación es su fuerte olor.

Se pueden hacer rebanadas de ajo y ponerlas en los dientes sensibles. También se puede hacer una pasta con un diente de ajo, unas gotas de agua y media cucharadita de sal. La pasta resultante se puede aplicar de forma directa en la zona sensible. Tanto el ajo como la pasta se deben dejar en los dientes durante 10 minutos. Se puede hacer hasta dos veces al día.