Días atrás, un amigo y compañero en estas lindes de nuestro blog me sugirió un atractivo tema sobre la salud dental del emperador Napoleón. La proposición vino a raíz de ojear en alguna publicación histórica la cercanía de la efeméride de la coronación de Napoleón. El día 2 de diciembre de 1804, en la fastuosa Catedral de Notre Dame, se hizo coronar emperador de los franceses por el mismo Papa Pío VII. 

Posiblemente estemos ante uno de los mayores estadistas de la Edad Contemporánea. Su personaje ha sido origen de pasiones y controversias. Sobre su figura y talento se han escrito millones de páginas. Sus estrategias militares han sido estudiadas en las más prestigiosas academias militares. Incluso han visto la luz libros en los que la temática principal trata de la salud del emperador, tanto general como dental.

Estatua de Napoleón Bonaparte

Estatua de Napoleón Bonaparte en Ajaccio, localidad que le vio nacer

 

Napoleón Bonaparte: pequeños apuntes biográficos 

Quizás Bonaparte es el personaje más influyente en la Europa de finales del siglo XVIII y principios del XIX. Su valía y carisma le hicieron tener millones de simpatizantes, tanto en Francia como más allá de sus fronteras. Consiguió colocar a Francia como primera potencia mundial. A pesar de ello, su gran enemigo, Gran Bretaña, no dejó que el imperio creado por Napoleón perdurase más allá de dos décadas.

¿Quién es Napoleón Bonaparte? 

El gran Napoleone di Buonaparte, también conocido como el pequeño corso, nació en Ajaccio, localidad de la isla de Córcega, el día 15 de agosto de 1769. Solo un año antes, en la firma del Tratado de Versalles de 1768, Génova se ve obligada a ceder la isla de Córcega a los franceses, debido a la imposibilidad de pagar las cuantiosas deudas que había contraído con estos. Pasa así, esta isla, a manos francesas, provocando el nacimiento del movimiento independentista corso.

Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Ajaccio

Napoleón nace en la capital corsa de Ajaccio (Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Ajaccio)

 

Como curiosidad destacar que, según cuentan, Napoleón nació con algún que otro diente de leche, como también se ha dicho de Aníbal Barca, Julio César o el cardenal Richelieu. 

Los primeros años del joven Napoleón 

Nació en una familia de rango abolengo corso, perteneciente a la nobleza de la isla. Así, su padre, Carlo Buonaparte, abogado, fue representante de Córcega ante el rey Luis XVI de Francia. 

Con 15 años fue admitido en la École Royale Militaire de París, donde cursó sus estudios de artillería. Su acento extremadamente italiano provocó que sus compañeros militares lo vieran como un extranjero. No obstante, su carismático carácter y sus dotes de líder hicieron que, poco a poco, fuera ganándose el respeto de estos, convirtiéndose en un militar admirado por sus camaradas. 

La República Francesa y Bonaparte 

El advenimiento de la Revolución Francesa en 1789 alcanzó a Napoleón en Córcega. Rápidamente se unió al bando francés, lo que provocó su enemistad con un antiguo amigo de su padre, Pasquale Paoli, líder de la independencia corsa. En 1793, Napoleón y su familia se ven obligados a huir a Francia debido a las fuertes tensiones entre los que apoyan al bando francés y los que están a favor de la independencia corsa. 

Ya en Francia, Napoleón destacó por su defensa del Palacio de las Tullerias en París, en 1795. Merced a este suceso, ganó fama y poder en el nuevo Directorio francés. Un año más tarde se casaba con Josefina de Beauharnais. Se trataba de una viuda noble que encontró en el joven Napoleón una tabla de salvación para poder continuar con su nivel de vida.  

Durante los siguientes años tuvo brillantes campañas militares, tanto en Italia como en Egipto. Sin embargo, la creciente inestabilidad de la República en Francia desencadenó su vuelta a la capital francesa. 

Es en esta época cuando Napoleón comienza a ser venerado por el pueblo francés, y a ser considerado un héroe y el hombre adecuado para devolver el esplendor a Francia.

Homenaje a Napoleón

Cada 15 de agosto, en Ajaccio, se celebran fiestas conmemorando el nacimiento del emperador.

 

El final de la Revolución francesa y el consulado de Napoleón 

En 1799, tras la vuelta de Egipto, el general Bonaparte da un golpe de estado e instala en Francia el Consulado. Esta nueva etapa francesa se caracteriza por la creación de un régimen autoritario, cuya cabeza visible era Napoleón Bonaparte. La República ahora era dirigida por el propio general. 

El Primer Imperio francés 

El gobierno de la República estaba herido de muerte. La idea de Napoleón de consagrar a Francia como una potencia dominante y hegemónica en toda Europa, le hizo disolver la Primera República francesa y dar forma a un nuevo gobierno bajo el mando de un emperador: el conocido como Primer Imperio francés 

El 18 de mayo de 1804 se proclama a Napoleón como Emperador y se hace coronar, como hemos citado anteriormente, el 2 de diciembre de 1804 por el Papa Pío VII.

Coronación de Napoleón y Josefina

La consagración de Napoleón de Jacques-Louis David.

 

Este Imperio francés creado por Napoleón, consiguió posicionar a Francia como la primera potencia mundial. Bajo el Emperador Bonaparte, Francia alcanza su mayor estabilidad política y una infraestructura económica idónea para los negocios de la burguesía francesa.

Durante esta etapa, el Emperador se divorcia de su primera mujer, Josefina de Beauharnaise, y el 1 de abril de 1810 se casa con María Luisa de Austria. Imperaba una razón de estado para llegar a un acuerdo de paz con la poderosa Austria.

María Luisa era hija del emperador Francisco I de Austria. Dio a Napoleón su primer hijo, Napoleón II Bonaparte, en el año 1811.

¿Qué objetivo tiene Napoleón?

El Emperador Napoleón Bonaparte quería que Francia dominase el mundo. Una de sus referencias era el rey Felipe II de España, que logró formar el «imperio donde nunca se ponía el sol». Ese fue su principal objetivo, y sabía que para conseguirlo tendría que enfrentarse a su enemigo principal, Gran Bretaña.

Las conquistas de Napoleón

Durante esta época imperial, Napoleón logra conquistar diferentes países europeos, como España, Nápoles e Italia. Además, creó el Reino de los Países Bajos y estableció la Confederación del Rin, que congregaba a los estados alemanes bajo la protección de Francia. En estos países colocó como gobernantes a sus familiares y amigos.

Napoleón cruzando los Alpes

Napoleón cruzando los Alpes del pintor Jacques-Louis David.

 

 El gran poder acumulado por Napoleón provocó que el resto de países europeos, principalmente Gran Bretaña, Austria y Suecia, atacaran Francia. París fue ocupado por el ejercito aliado el 31 de marzo de 1814. El emperador debía abdicar. El Tratado de Fontainebleau marcó las directrices a seguir y condenó al emperador al exilio en la isla de Elba. 

Los Cien Días de Napoleón, su batalla final

Viendo Napoleón la deriva que tomaba la vida política de la Francia post-napoleónica, donde se había establecido de nuevo la monarquía borbónica bajo el reinado de Luis XVIII, logró escapar de la isla de Elba. Su única finalidad era conseguir nuevamente el poder de Francia. Esta etapa es conocida como Los 100 Días de Napoleón.

Vence a las tropas borbónicas y se establece de nuevo como la primera autoridad del estado, promulgando una nueva constitución, más liberal y democrática.  

Pero pronto comienza sus enfrentamientos con los países aliados que lo desterraron. El resultado de estos enfrentamientos fue la campaña de Bélgica, que se consuma con la derrota final de Napoleón en la Batalla de Waterloo

Esta famosa batalla da nombre a las prótesis removibles que comenzaron a fabricarse en el siglo XIX, los dientes de Waterloo, 

 

Batalla de Waterloo

Waterloo fue la última batalla de Napoleón

 

Exilio y muerte de Napoleón 

Tras la Batalla de Waterloo, el 18 de junio de 1815, Napoleón es encarcelado en la Isla de Santa Elena, de donde ya no saldría con vida. En esta época comienzan a aparecer importantes problemas de salud, tanto general como bucodental.  

Napoleón Bonaparte muere a los 51 años, el 5 de mayo de 1821. Oficialmente, la autopsia realizada al general Napoleón revela que murió por un tumor en el estómago. Recientes investigaciones realizadas a unas muestras de su cabello han puesto al descubierto unos niveles extremadamente elevados de arsénico. Por lo que parece ser que el emperador fue envenenado con esta sustancia, y debido a ello se explica la aparición de sus problemas de salud.

A pesar de que Napoleón quería ser enterrado a orillas del Sena, el gobernador de la Isla de Santa Elena lo enterró donde habían pasado sus últimos años. Y no fue hasta el año 1840 cuando sus restos son trasladados a Les Invalides en París.

Tumba de Napoleón

En 1840 los restos del emperador fueron trasladados a París.

 

Los famosos dientes de Napoleón 

La figura de Napoleón ha generado una múltiple variedad de escritos sobre su personalidad, sus actos históricos, su vida personal e, incluso, sobre su salud bucodental.

¿Nació Napoleón con dientes? 

Cuenta la leyenda que Bonaparte vino al mundo con dientes de leche. Recordemos que los primeros dientes de leche suelen aparecer entre los 6 y los 9 meses de edad.  

Los dientes que aparecen en recién nacidos son los llamados dientes natales. Solamente 1 de cada 30.000 bebés nace con dientes.  

Existen diferentes mitos según las culturas sobre los bebés que nacen con dientes. En Europa, los niños que nacen con dientes están llamados a ser personajes importantes. En este sentido tenemos a Julio César, Aníbal Barca o el mismo Napoleón Bonaparte.  

En China, en cambio, los niños que nacen con dientes están destinados a traer desgracias a la sociedad e, incluso, a la propia familia.

¿Se cuidaba Napoleón sus dientes?

Napoleón era escrupuloso con su higiene personal, y su higiene dental no era menos. El emperador era un gran amante de la higiene bucodental. Compró su primer juego de cepillo dental e instrumentos para la limpieza de dientes en 1798, y lo llevaba consigo a todos lados, incluso a las campañas militares. En su testamento legó a su hijo, Napoleón II Bonaparte, su juego de higiene dental realizado con oro.

Estuche y cepillo de dientes de Napoleón

Estuche y cepillo de dientes de Napoleón.

 

Además, al Emperador le gustaban las dentaduras blancas y bonitas. Hay que tener en cuenta que a finales del siglo XVIII y principios del XIX, la gran parte de la población padecía problemas dentales e incluso los nobles y burgueses perdían dientes, o tenían una deficiente salud bucodental.  

No se sabe muy bien si se trata de un mito o una leyenda, pero se cuenta que en una de las reuniones que tuvo Napoleón con la familia real española, la reina María Luísa de Parma, que tenía graves problemas dentales, le enseñó la dentadura artificial que se había hecho fabricar. Parece ser que Napoleón quedó impresionado por la prótesis dental de la reina.

¿Tenía Napoleón una buena higiene dental? 

Existen varios documentos que atestiguan la meticulosa higiene dental que realizaba Napoleón. 

Según Frédéric Masson, en su libro Biografía de Napoleón y sus mujeres, su dentista particular entre los años 1806 y 1813, el doctor Jean-Joseph Dubois-Foucou, cuidó de manera excepcional los dientes del emperador. Su resultado fue tal que “todos sus dientes eran hermosos, fuertes y bien colocados”.

Asimismo, Napoleón «limpiaba cuidadosamente sus dientes con un palillo de dientes hecho de boj, luego los cepillaba durante mucho tiempo con un cepillo empapado en pasta dental, también usaba hilo dental con coral delgado y se enjuagaba la boca con una mezcla de brandy y agua dulce. Finalmente, se limpiaba la lengua con un raspador de plata de plata dorada o carey»

Cepillo dental de Napoleón

Cepillo de dientes de Napoleón, grabado con sus iniciales y la corona de Emperador.

 

En el museo Carnavalet de París se puede visitar uno de los juegos de campaña más impresionantes de Napoleón. Estos arcones fueron diseñados por el orfebre Martin-Guillaume Biennais, para que el Emperador pudiera llevarlos consigo en todas sus campañas militares.

 

Arcón de campaña de Napoleón

Arcón de campaña de Napoleón realizado por Martin-Guillaume Biennais

¿Cuándo comienza el dolor de dientes en Napoleón?

Durante el destierro en la isla de Santa Elena en 1815, Napoleón comienza a padecer problemas importantes de salud y un deterioro importante de sus dientes. 

Las infecciones dentales de Napoleón Bonaparte 

Se sabe que Napoleón sufrió intensos dolores de muelas en el año 1816. Todo apunta que sufrió abscesos dentales provocados por una muela del juicio superior derecha que tenía extremada movilidad. Sobre el otoño de 1816 tuvo un fuerte episodio de dolor e inflamación, que le duró varios días. Apenas podía tragar o comer. El dolor era tan intenso que se aplicaba pañuelos calientes para controlarlo.

¿Tuvó Napoleón escorbuto? 

En 1817, el médico del emperador, Barry Edward O´Meara, médico irlandés, informa de los síntomas de escorbuto de Napoleón. Debido al escorbuto, enfermedad provocada por el déficit de la vitamina C, Bonaparte comienza a padecer inflamación de encías, movilidad generalizada de sus dientes y pérdida de estos.

¿Sufrió Napoleón alguna extracción dental?

En noviembre de 1817, O´Meara escribe:

“Se quejó de un dolor en la mejilla derecha que provenía de su diente enfermo. Sus encías estaban esponjosas y sangraban por el más mínimo contacto de su mano”.

Irremediablemente, Napoleón ha de acceder a la extracción de la muela del juicio que le provocaba esos terribles dolores. Era su primera extracción dental, ya que hasta ese momento nunca había sufrido por su salud dental. 

El teniente coronel Gorregner, al parecer presente durante la extracción dental, comentó:

«Él [el general Bonaparte] perdió recientemente un diente (muela del juicio). Fue su primera operación quirúrgica, y en tales circunstancias su comportamiento estuvo lejos de ser valiente. Para poder extraer el diente malo, el Doctor O’Meara se vio obligado a que el Emperador se sentara en el suelo. A partir de entonces, se quejó mucho, así que se quedó en su habitación, donde exigió que se encendiese un fuego a pesar de la temporada de calor. Allí permaneció descansando durante horas»

A partir de esa fecha y hasta su muerte en 1821, se relatan varias intervenciones dentales destinadas a la extracción de dientes afectados por movilidad y que provocaban infecciones repetidas en la boca de Napoleón. 

¿Fue envenenado el pequeño corso?

Durante la madrugada del 5 de mayo de 1821, Napoleón Bonaparte murió. Entonces era un despojo humano con unas encías blandas y sangrantes, y unos dientes con mucha movilidad. 

El doctor Sven Forshufvud, dentista sueco y experto toxicólogo, tras consultar diversos relatos de testimonios, asegura que el emperador sufría 28 de los 31 síntomas, los cuales están presentes en la intoxicación crónica por arsénico.

Arsénico Llum BCN

Un dentista sueco señalaba al arsénico como el causante de la muerte de Bonaparte

 

Los doctores Derobert y Hadengue describieron con mayor detalle los síntomas dentales de Napoleón durante su exilio en la isla de Santa Elena. «Dentro de la intoxicación crónica por arsénico», escribieron, «la estomatitis ulcerosa de niveles variables siempre toma el aspecto de la piorrea dental».

Pero la teoría del envenenamiento no quedaba del todo clara. En los años 80 del siglo XX, varios estudios realizados abogan que el pequeño corso pudo morir a causa del arsénico que fue depositándose en su organismo a lo largo de los años. Parece ser que en el siglo XIX, cualquier casa estaba repleta de arsénico (repelente de insectos, cosméticos, cigarrillos, tónicos para el cabello, veneno para ratas, etc), y eso provocaba la intoxicación lenta de sus moradores.

Estudios europeos han comprobado que la cantidad de arsénico en los organismos de los europeos del siglo XIX es 100 veces mayor que la de los europeos actuales.

El diente subastado de Napoleón 

El 10 de noviembre de 2005, la Galeria Dominic Winter de Swindon anunció la salida a subasta de un diente de Napoleón valorado en unos 12.000 euros.  

El supuesto diente extraído de la boca del emperador es un colmillo superior derecho y se lo extrajo su médico particular de la Isla de Santa Elena, el doctor Barry O´Meara, en 1817. 

Según explicaba la casa de subastas, el médico O’Meara habría entregado el diente al general Maceroni, ayuda de campo del rey de Nápoles. Y esta pieza dental había permanecido en su familia hasta 1956, cuando la adquirió el propietario que realizó la subasta. 

 

 

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