Con el estreno de Gladiator 2 el 15 de noviembre, resurge el interés por la Antigua Roma, así que nos apetece dejarnos impresionar —una vez más— por los aspectos más sorprendentes de esta civilización.
Desde su imponente arquitectura hasta las intrigas de sus emperadores, el mundo romano sigue cautivando nuestra imaginación. En 2023 se hizo viral una curiosa pregunta dirigida a hombres: «¿Con qué frecuencia piensas en la Antigua Roma?». Para sorpresa de muchas mujeres, las respuestas revelaron que muchos hombres piensan en el Imperio Romano —tan asociado a valores masculinos— a diario o, incluso, varias veces al día. ¿El motivo? «Hay tanto que pensar», decía alguien en uno de los vídeos más compartidos. Y es que resulta fascinante cómo un pequeño asentamiento fundado, según la leyenda, por Rómulo y Remo, unos hermanos criados por una loba, se convirtió en el corazón de un imperio que revolucionó el mundo con sus leyes, sus avances en ingeniería —¡acueductos y vías romanas!— y su capacidad para entretener a las masas con espectáculos como las luchas de gladiadores.
Entre tantos temas dignos de reflexión, ¿te has detenido a pensar cómo cuidaban los antiguos romanos su salud dental? En una sociedad obsesionada con la apariencia, donde los gladiadores eran símbolos de fuerza y poder, ¿podrían estos deportistas de élite de la antigüedad haber lucido una sonrisa tan brillante como su gladius, la espada con la que se jugaban la vida en la arena? En este artículo vamos a echar un vistazo a cómo era la higiene dental en la Antigua Roma, desde sus métodos de limpieza hasta los hallazgos arqueológicos que revelan la verdadera salud de sus dientes.
¿Cómo cuidaban los romanos su higiene dental?
La higiene dental era importante en Roma, aunque las herramientas y métodos diferían mucho de los actuales.
- Palillos y ramas masticables: los romanos usaban palillos llamados dentiscalpia, hechos con madera de lentisco, oro o incluso plumas. Estas herramientas se usaban para eliminar restos de comida entre los dientes.
- Pasta de dientes rudimentaria: elaboraban pastas con cenizas de huesos, cáscaras de huevo trituradas y polvo de conchas marinas. Aunque rudimentarias, estas mezclas tenían propiedades abrasivas para pulir los dientes.
- Enjuagues bucales sorprendentes: aquí surge una de las mayores controversias. ¿Empleaban los romanos la orina como enjuague bucal? La orina, rica en amoníaco, era conocida por sus propiedades blanqueadoras y antisépticas, y los romanos la utilizaban en lavanderías y, posiblemente, en la higiene dental. Sin embargo, esta práctica no era generalizada ni aceptada por todos. El poeta Catulo, en un tono mordaz, ridiculizó a quienes la usaban. Atribuía esta costumbre a los celtíberos, lo que sugiere que podía considerarse más una excentricidad regional que una tradición romana común.
- Polvos dentales: además de las pastas, los romanos echaban mano de polvos hechos de cenizas y carbón, a menudo mezclados con hierbas aromáticas, para frotar los dientes y combatir el mal aliento.
- Herbolaria: textos de autores como Plinio el Viejo mencionan el uso de hierbas como el tomillo, la mirra y el hinojo, tanto en polvo como en infusiones, para fortalecer las encías y mantener el aliento fresco.
La salud dental en la Antigua Roma: ¿qué nos dice la arqueología?
Al contrario de lo que podríamos imaginar, los restos dentales de los romanos muestran que padecían menos caries que en la actualidad. Las causas de este fenómeno se explican por factores como su dieta y las características del entorno.
- Dieta baja en azúcar: su alimentación, basada en vegetales, frutas y cereales no procesados, y casi sin azúcares refinados, protegía sus dientes de forma natural. Estudios en restos hallados en Pompeya y Herculano muestran que las caries eran una rareza en comparación con la actualidad.
Agua rica en flúor: en regiones como Pompeya, el agua subterránea contenía altos niveles de flúor de forma natural, un mineral que ayudaba a fortalecer el esmalte dental y a prevenir las caries.
Problemas frecuentes: aunque las caries eran menos comunes, los romanos no estaban exentos de problemas dentales. El desgaste por masticar granos mal molidos era habitual, al igual que las infecciones como abscesos y enfermedades de las encías. Las herramientas rudimentarias de limpieza, como los palillos de madera o ramas, podían contribuir a estas afecciones.
Estos descubrimientos no solo revelan los hábitos cotidianos de los romanos, sino también el impacto que los factores ambientales y culturales tenían en su salud dental.
Avances romanos en odontología
Los romanos no solo se preocupaban por la limpieza de los dientes. Además, desarrollaron técnicas innovadoras para la rehabilitación dental.
- Prótesis y dientes falsos: inspirados por los etruscos, los romanos usaban oro y dientes de animales o humanos para reemplazar piezas perdidas. Incluso se han encontrado restos de implantes dentales rudimentarios hechos con metal.
- Coronas y rellenos dentales: según el poeta Marcial, algunos romanos reparaban dientes dañados con oro. Los médicos también utilizaban plomo o seda para tratar las caries y prevenir daños mayores.
- Extracciones dentales: aunque tenían sus riesgos, las extracciones eran comunes y se hacían con herramientas específicas, como fórceps. Celsus, un médico romano, detalló procedimientos para minimizar daños al hueso.
Higiene dental romana: mitos y verdades
Los métodos romanos pueden parecer extraños, pero su legado en higiene dental es indiscutible. ¿Qué mitos han sobrevivido hasta hoy?
- ¿Todos usaban orina para lavarse los dientes? Aunque la orina era conocida por sus propiedades blanqueadoras, su uso como enjuague bucal no era una práctica extendida. De hecho, referencias literarias, como las burlas del poeta Catulo, sugieren que esta costumbre era más una excentricidad regional, atribuida a los celtíberos, que una práctica común en Roma.
- ¿Tenían una dieta perjudicial para los dientes? Al contrario de lo que podríamos pensar, los romanos disfrutaban de una dieta beneficiosa para la salud bucal. Rica en alimentos no procesados y sin azúcares refinados, protegía sus dientes y limitaba la aparición de caries. Este hecho, confirmado por estudios arqueológicos, refuerza la importancia de una alimentación equilibrada para mantener una buena salud dental, una lección válida incluso hoy.
Lo que podemos aprender de los romanos
Aunque la tecnología ha avanzado, algunas lecciones de los romanos siguen siendo útiles:
- Dieta baja en azúcares: su alimentación natural ayudaba a prevenir caries, algo que es especialmente vigente hoy en día.
- Rutina de limpieza dental: la constancia en la higiene oral era esencial. La ventaja es que hoy podemos mantener los hábitos de higiene dental con herramientas modernas.
- Funcionalidad y estética: para los romanos, la salud bucal no solo era cuestión de apariencia, sino también de utilidad. Se trata de una percepción que sigue siendo relevante hoy en día.
El legado de la Antigua Roma en la salud dental
La Antigua Roma no solo revolucionó la ingeniería, la arquitectura y la cultura, sino que también dejó un legado fascinante en la historia de la salud dental. Mientras disfrutamos de las épicas escenas de Gladiator 2, recordemos que las sonrisas de los romanos eran el resultado de mucho ingenio, buenos hábitos alimenticios y técnicas únicas para la época.