Cuando se nos ocurre pensar en la prehistoria, imaginamos a nuestros antepasados como seres robustos y valientes cazadores, enfrentándose a bestias feroces y luchando por sobrevivir en un mundo salvaje. Un mundo duro y cruel en el que solamente el más fuerte lograba sobrevivir.

Sin embargo, rara vez nos paramos a pensar en cómo era la salud de sus dientes, ni en cómo cuidaban su boca en una época en la que no existían los dentistas ni los cepillos de dientes.

En este viaje al pasado, exploraremos la salud dental en la prehistoria. Descubriremos cómo nuestros ancestros se las arreglaban para mantener sus sonrisas a pesar de las adversidades.

Las primeras señales de atención dental en la prehistoria

La prehistoria es el periodo de tiempo que abarca desde el surgimiento de la especie humana hasta la invención de la escritura. En esta etapa, pues, no existen registros escritos y nuestra comprensión se basa en evidencias arqueológicas, paleontológicas y antropológicas.

La lectura de los restos arqueológicos y las evidencias encontradas en los fósiles humanos nos permite comprender la salud dental en la prehistoria. Aunque la información es limitada, se han descubierto pistas valiosas en esqueletos que datan de miles de años atrás.

La especialidad que se encarga de la lectura de los huesos de los primeros seres humanos se denomina arqueología forense. Esta especialidad es la encargada de hacer que los huesos logren explicarnos qué ha pasado, en definitiva, que hablen.

Uno de los descubrimientos más interesantes de la arqueología forense es la observación de desgaste dental en restos humanos prehistóricos. El estudio del desgaste dental nos proporciona información sobre la dieta y los hábitos alimenticios de nuestros antepasados.

 

Mandíbula de homínido

En esta mandíbula hallada en Atapuerca se evidencian los desgastes dentales.

 

Por ejemplo, el desgaste en los dientes puede indicar si se consumían alimentos crudos y duros, o si se masticaba material vegetal fibroso. También puede revelar si había un uso de los dientes para actividades no relacionadas con la alimentación, como morder cuero o realizar tareas de masticación repetitivas para cualquier otro cometido que no fuese la alimentación.

 

La dieta y su impacto en la salud dental

La dieta desempeña un papel fundamental en nuestra salud dental. En nuestros antepasados prehistóricos sucedió lo mismo. Durante la mayor parte de la prehistoria, los seres humanos eran cazadores-recolectores, dependiendo en gran medida de los recursos naturales disponibles. Esta dieta variaba según la ubicación geográfica y la época, pero en general incluía carne, pescado, frutos silvestres, nueces y raíces.

A pesar de esta dieta diversificada, no todos los grupos prehistóricos tenían acceso constante a alimentos ricos en carbohidratos y azúcares refinados, elementos que desempeñan un papel importante en las enfermedades dentales modernas, como las caries dentales.

Como resultado, la caries dental, que es común en la actualidad, era extremadamente rara en la prehistoria. No obstante, no podemos afirmar igual de otros problemas dentales.

Las lesiones dentales y las fracturas

Aunque la caries dental, como hemos comentado anteriormente, era infrecuente, nuestros antepasados prehistóricos enfrentaban otros problemas de su salud dental, por ejemplo, las fracturas dentales eran comunes y podían ser causadas por golpes o traumatismos.

Las lesiones dentales eran causadas más frecuentemente por caídas, accidentes o el desgaste constante de los dientes al masticar alimentos duros. Esto suponía un verdadero problema para nuestros antepasados prehistóricos, ya que un diente fracturado podía llegar a infectarse y complicar la salud general.

La falta de atención dental moderna significaba que las personas de la prehistoria debían enfrentar estas lesiones sin la ayuda de un dentista. Algunos de los métodos de tratamiento que se han descubierto incluyen la extracción de dientes dañados utilizando herramientas rudimentarias. Estas prácticas eran, sin duda, dolorosas y arriesgadas, pero a menudo eran la única opción disponible.

Herramientas de higiene dental prehistóricas

Aunque nuestros antepasados prehistóricos no tenían acceso a instrumentos de higiene dental avanzados, se las ingeniaron para desarrollar herramientas rudimentarias con las que lidiar sus problemas dentales.

Se han encontrado ejemplos de palillos dentales primitivos hechos de hueso o madera, que probablemente se utilizaban para limpiar los dientes y masajear las encías.

También se han descubierto restos de tratamientos dentales más invasivos. Por ejemplo, en algunos esqueletos prehistóricos, se encontraron incisiones dentales, que sugieren la posibilidad de que se practicaran drenajes para aliviar el dolor o tratar abscesos dentales graves.

Cuidado dental a través de la masticación

Una de las formas más interesantes en las que los seres humanos de la prehistoria cuidaban su salud dental era a través de la masticación. Masticar alimentos crudos y fibrosos tenía un efecto de limpieza natural en los dientes, eliminando los restos de comida y estimulando las encías.

 

El control del fuego

El control del fuego por nuestros ancestros permitió cocinar los alimentos y, así, conseguir una mayor facilidad para masticarlos y digerirlos.

 

Además, se ha podido observar que algunos grupos prehistóricos masticaban hierbas y raíces con propiedades medicinales. Estas prácticas podrían haber ayudado a aliviar el dolor dental y a combatir infecciones de manera natural. Algunas de estas hierbas, como el sauce, contenían compuestos que luego se convirtieron en la base de los analgésicos modernos, como la aspirina.

El impacto de la evolución en la salud dental.

A medida que los seres humanos evolucionaron y comenzaron a adoptar una dieta más agrícola y, posteriormente, una dieta industrializada, la salud dental también experimentó cambios significativos. La introducción de alimentos procesados y altos en azúcar llevó a un aumento en las caries y contribuyó a otras enfermedades dentales.

Además, la evolución ha influido en la forma de nuestras mandíbulas y dientes. Los cambios en la dieta y la forma en que usamos nuestros dientes han provocado problemas como la maloclusión dental (mala alineación de los dientes) y la necesidad de ortodoncia.

Lecciones de la prehistoria para la salud dental actual

La salud dental en la prehistoria nos ofrece una visión fascinante de cómo nuestros antepasados cuidaban sus dientes en un mundo sin odontólogos ni cepillos de dientes eléctricos. A pesar de las limitaciones y desafíos, desarrollaron métodos rudimentarios para mantener sus sonrisas y aliviar el dolor dental.

Hoy en día, contamos con tecnología y conocimientos avanzados en odontología, lo que nos permite cuidar mejor de nuestros dientes y prevenir enfermedades dentales. Sin embargo, la lección que podemos aprender de la prehistoria es que la dieta y los hábitos alimenticios desempeñan un papel fundamental en la salud dental. Al volver a una dieta más equilibrada y reducir el consumo de azúcares refinados, podemos proteger nuestras sonrisas y mantener una buena salud dental a lo largo de toda nuestra vida.

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