Mónica Torres tiene una experiencia de más de 20 años como higienista dental. En esta entrevista, nos habla sobre su trabajo y sobre cómo logra superar con nota un doble reto: conseguir bocas más sanas y limpias, y hacer que el paciente se sienta a gusto cuando le hacen una limpieza o una exploración.

Gracias a una constante formación en odontología, esta higienista dental hace todo tipo de funciones en Clínica Dental Galindo. Así, se responsabiliza de las áreas de Higiene Dental y Periodoncia, de la logística de material y de los pedidos. También contribuye a una continua actualización y mejora de procesos y protocolos.

Mónica realiza higienes, blanqueamientos y tratamientos periodontales. Y también se encarga de algo que es fundamental: enseñar las técnicas correctas de higiene oral y ofrecer consejos de prevención. «La mayor satisfacción es que cunda el mensaje de la prevención», asegura.

Mónica Torres, haciendo una limpieza dental en Clínica Dental Galindo

¿Higienista dental por vocación?

¿Eres higienista dental por vocación?

Mi dedicación profesional como higienista dental ha sido algo accidental, así que podemos decir que la vocación la descubrí más tarde, cuando me estaba formando y, sobre todo, cuando empecé a trabajar. Desde pequeña me han gustado mucho los animales, así que había pensado en ser veterinaria…

¿Tienes animales en casa?

¡En casa tenemos un perro, que se llama Jack! Mi madre es de León, de una aldea que se llama Manzaneda de Cabrera, así que en los veranos disfrutaba estando cerca de los animales de las granjas. ¡Me sentía como el personaje de Heidi!

Salud dental: un sector con futuro

Y ahora trabajas en salud dental, para mejorar las sonrisas de las personas…

Pues sí. Cuando llegó el momento de decidir qué profesión quería hacer, una amiga me orientó hacia la prótesis dental. Pero no había plaza en el instituto privado al que acudí, y acabé haciendo los estudios de higienista dental.

Estamos hablando de finales de los años 90. El sector dental tenía una buena salidad profesional, porque nos empezábamos a cuidar más la boca…

Sí, eran estudios con buena salida profesional. Hacías dos años de formación, y salías con el título y con un trabajo. Yo quería estudiar algo que fuese útil, que ayudase a las personas, y que me gustase. Creo que acerté.

¿Cómo viviste tu descubrimiento del mundo de la salud dental?

La odontología nunca me había llamado la atención, pero durante mi formación, fui una alumna entusiasta. Ayudaba que tenía unos profesores maravillosos y los mejores compañeros. Ir a clase era algo divertido.

 Un buen higienista dental se pone en la piel del paciente, dice Mónica Torres

La mayor lección para un higenista dental: la empatía

¿Se te quedó grabada alguna frase o sentencia de algún profesor?

De los años de estudios y de prácticas, recuerdo la frase: «Tienes que hacer las cosas como a ti te gustaría que te las hicieran».

¿Empatía?

Sí, empatía. Ten en cuenta que la mayoría de los profesores ejercían, y sabían de lo que hablaban. Un requisito para ser un buen higienista dental es saber ponerte en la piel de la otra persona.

Higienista dental: la importancia de tratar bien al paciente

El trato y el tacto con el paciente son fundamentales, ¿no?

Sí, lo son. Pero hacer que el paciente se siente cómodo y seguro, no se aprende de la noche a la mañana. En las prácticas, yo era muy tímida. Y cuando empecé a trabajar, me ponía colorada muy a menudo. Pero, a medida que vas tratando con personas, vas ganando confianza, y transmitiendo esa confianza. Aprendes de tus compañeros y de la forma en que el odontólogo se relaciona con el paciente.

El paciente debe estar relajado durante la limpieza dental

Primer objetivo: un paciente relajado para la limpieza dental

Son muchas las habilidades que hay que manejar con un paciente. A nadie les gusta especialmente que le toquen la boca, y hay personas que viven un procedimiento dental con ansiedad…

Entra en juego la psicología. Hay pacientes que tienen nervios y dudas. Si es la primera vez que vienen a la clínica, la pregunta que se hacen cuando se tumban en el sillón es la siguiente: «¿Estoy con una buena profesional?».

¿Cómo se consigue que el paciente se siente tranquilo en el sillón?

Escuchar al paciente es lo más importante. Saber qué le preocupa, o sobre qué tiene dudas. Otras veces, cuando se sientan, igual te cuentan otra cosa, y eso está bien, porque lo importante es que la persona esté relajada. Pero una vez roto el hielo, hay que ponerse a limpiar esa boca.

¿Cómo se aborda el miedo al dentista?

¿Cómo se tranquiliza un paciente con miedo al dentista, que vive un tratamiento dental con ansiedad?

Como normalmente ha habido una primera visita exploratoria anterior, el paciente ya nos ha dicho si se pone muy nervioso. Y, si no nos lo dice, nosotros lo preguntamos. Si la persona tiene cierta ansiedad, les aconsejamos que se tome un calmante una hora antes de venir. Para los casos de mayor ansiedad, ofrecemos la posibilidad de hacer una sedación dental consciente.

Además de eso, vamos con el máximo tacto posible. Yo siempre digo: «Voy a ir despacio y, en cualquier momento, me puedes avisar para que pare». No ser brusco y e ir preguntando al paciente, ayuda a que éste pierda el miedo y se vaya relajando.

Los pacientes que vienen de forma regular, ya saben en qué consiste la limpieza, y todo fluye con más facilidad.

¿Cuánto tiempo dura una limpieza normal?

Una limpieza dental dura una hora. Sin embargo, las personas con la boca más descuidada pueden necesitar dos sesiones de una hora.

El higienista dental debe ser un educador en salud bucodental

¿Qué misión tiene un higienista dental?

¿Cuál es la principal misión de un higienista dental?

Más allá del trabajo coordinado con el dentista y de las limpiezas dentales, el higienista dental es un educador del paciente. Porque el mejor tratamiento dental que existe no se hace en la clínica dental, sino que está en manos del paciente: ¡la prevención! El principal objetivo es que la persona tenga una muy buena higiene en casa.

Prevención de la salud bucodental

Educar para prevenir.

La educación es clave. La mayoría de pacientes no conocen bien la técnica de cepillado. Para nuestra clínica, es fundamental dedicar un rato al paciente para que aprenda a cepillarse bien los dientes. Y a los padres les explicamos cómo usar el dedal en la boca de los más pequeños de la casa.

¿Un dedal?

Sí, un dedal de silicona, que lleva unos filamentos muy suaves. A partir de los 3-6 meses, se puede pasar por encías y dientes de leche, justo después de las comidas. Así se acostumbran desde bien pequeños a lo más parecido que hay a un cepillado.

¿Qué errores hacemos al cepillarnos los dientes?

¿Cuáles son los principales errores a la hora de cepillarse los dientes?

No se dedica a esta tarea el suficiente tiempo: unos tres minutos.

La respuesta de algunos pacientes es previsible: «Eso es mucho tiempo».

Algunos pacientes se exclaman, pero es que ésa es la forma de hacer bien las cosas, de hacer un cepillado totalmente efectivo.

Tres minutos de cepillado en la era del ‘TikTok’

En la era del ‘TikTok’, de los vídeos de 10 segundos, ¿cómo se convence a un adolescente para que se cepille durante tres minutos?

Yo siempre les digo: «Ponte una canción». «¿Qué canción te gusta que dure unos tres minutos? Pues esa canción».

¿Te ‘compran’ el consejo?

Sí, me lo compran [sonríe]. Todos somos conscientes de que no siempre nos podemos lavar los dientes tres veces al día, pero remarco que como mínimo dos veces y, por la noche, sobre todo.

Una canción de tres minutos siempre a punto, cepillo de dientes, pasta dentífrica y técnica. ¿Sería eso?

Te olvidas del espejo. A veces advertimos problemas en la boca que la persona no había descubierto antes. Si te cepillas delante del espejo, depuras la técnica de cepillado. Y, sobre todo, cuando te enjuagas, mírate los dientes. Otro error es pasarse el hilo dental mirando la tele. No, hay que hacerlo frente al espejo.

Hilo dental: ¿tan importante es?

¿También se educa en el uso del hilo dental?

Sí. El hilo dental es la mitad del proceso de limpieza que puedes hacer en tu casa. Muy importante: hay que saber coger el hilo, y después hay que saber cómo moverlo. Y hay que poner énfasis en pequeños detalles que tienen mucha importancia. Por ejemplo, hay que pasar el hilo por la papila dental, que es el triángulo de encía que hay entre diente y diente. El hilo debe pasar por cada lado de ese triángulo.

¿Qué pasa con la lengua? ¿Hay que cepillarla?

La lengua hay que cepillarla, sin pasta de dientes. Lo ideal es hacerlo después del cepillado. Cada vez más gente lo hace.

¿Cómo motivar al paciente para que sea constante con la higiene de los dientes?

La teoría es genial. Pero a muchas personas les falla la motivación, o sencillamente tienen pereza. ¿Cómo motivar a estas personas?

Yo destaco los beneficios que recoges si haces las cosas bien. Si mantienes una buena higiene dental en casa, vas a tener una boca más atractiva. Por otro lado, les explico la rueda que se pone en marcha cuando se descuida la limpieza bucal. La encía enseguida enferma. Y después de la gingivitis, viene la periodontitis, comúnmente conocida como piorrea. Los dientes se pueden empezar a mover, y tu aliento no va a tener precisamente un buen olor. Debemos conservar ese color rosa pálido de una encía sana.

¿Qué debe tener una persona para ser un buen higienista dental?

¿Qué rasgos de carácter hay que tener para ser un buen higienista dental?

Lo primero de todo: te tiene que gustar. Además, se te debe dar bien el trato con el paciente. Debes ser muy amable, tener tacto. Y también hay que tener paciencia, saberte poner en la piel del paciente.

¿En qué momento de la relación con el paciente aparece en escena el higienista dental?

Cuando recibimos un nuevo paciente, siempre hacemos una primera visita de valoración. El paciente suele pasar por el director médico, Carlos Galindo. En este visita, se hace una radiografía de la boca, que permite ver bien el hueso y advertir cosas que puedan pasar desapercibidas al ojo humano. Además, se toman imágenes con una cámara intraoral. Estas tomas de imágenes son muy importantes, porque hay infecciones y patologías que no dan siempre la cara. Se trata de unas pruebas gratuitas: lo que nos interesa es saber cómo se encuentra esa boca, y podérselo explicar al paciente. Como dice el dicho, una imagen vale más que 1.000 palabras.

Esta primera visita es muy importante, porque explicamos nuestra forma de trabajar, y aprendemos qué necesita el paciente para encontrarse cómodo y relajado. En la visita, el rol del higienista es muy importante, porque desde ese momento nos coordinamos con el odontólogo para preparar los tratamientos, y ejercemos nuestro rol de educadores en salud bucodental.

El equipo de la clínica, al completo

Trabajo en equipo

El diagnóstico y las alternativas de tratamiento, son responsabilidad del dentista, ¿verdad?

Sí, nuestro director médico determina un diagnóstico y hace una valoración de los tratamientos. A partir de ahí, envía el paciente al especialista en este tratamiento dental.

¿Quieres conocer a los otros profesionales del equipo de Clínica Dental Galindo?

¿Qué tareas hace un higienista dental?

¿Qué lista de tareas realiza el higienista dental?

La higiene dental, el blanqueamiento dental, la participación en los tratamientos periodontales, la toma de radiografías, la educación del paciente en los hábitos más saludables para sus dientes y en las rutinas de cuidado de la boca.

Generalmente sabemos hacer de todo, ya que antes de ejercer como higienistas, hemos sido auxiliares, asistiendo al odontólogo en todo tipo de tratamientos. Otras tareas son el manejo de la recepción en algunos momentos, la presentación de planes de tratamientos…

El higienista dental advierte esa caries que nadie había visto antes

Decías que la toma de imágenes detecta problemas que el ojo no ve. Cuando haces una limpieza dental, debes también advertir cosas que al dentista y a ti misma te habían pasado desapercibidas, ¿no?

Cuando haces una limpieza dental, ves caries que de otra manera no verías. Una sesión de una hora da para mucho. A medida que vas eliminando sarro y placa, adviertes esa caries que había quedado tapada. Las encías inflamadas también pueden impedir que se vean problemas dentales a simple vista.

¿Qué es lo más agradecido de ser higienista dental?

¿Qué te satisface más de tu trabajo de higienista dental?

Para mí el objetivo está cumplido cuando el paciente toma conciencia de la importancia del cepillado, del empleo del hilo dental y de otros hábitos positivos para la salud de la boca. La mayor satisfacción es que cunda el mensaje de la prevención.

¿Cada cuánto hay que hacer una limpieza dental?

Cada seis meses, para no dejar acumular mucho sarro y que la encía no se inflame. Ahora bien, si el paciente tiene una higiene bucal perfecta, sigue hábitos saludables y apenas forma sarro, se le recomienda venir una vez al año. Siempre hay algo de sarro a eliminar. Incluso pueden quedar minúsculos restos de comida en alguna zona de difícil acceso, que hay que retirar, claro.

Y también hay que quitar las manchas, ¿no?

Sí, en el día a día, los dientes se manchan. Sobre todo, con el tabaco y el café. Una buena limpieza diaria es de mucha ayuda. Pero, a largo plazo, aparecen tinciones en los dientes.

¿Qué parte del trabajo de higienista dental es más difícil?

¿Qué faceta del trabajo de higienista dental supone un mayor reto?

El trato con el paciente es la parte más difícil. No por el paciente en sí, por supuesto, sino por el reto que exige conseguir que se encuentre a gusto y que el procedimiento sea fluido y ágil. Cada paciente es diferente, y ése es mi trabajo, adaptarme y ayudar al paciente a que la limpieza avance. ¡El resultado vale la pena!

Como decíamos antes, a nadie la gusta que le hurgen en la boca.

[Sonríe] No, claro, a nadie le apetece. Ya hemos hablado de cómo aplacar los nervios. Hay pacientes que, cuando les tocas la lengua, tienen nauseas. En la boca introducimos instrumentos, un espejo… Necesitas pericia y ese saber hacer que permita que el paciente esté relajado.

Mónica Torres, manipulando instrumental dental en la clínica

¿Cómo ha evolucionado la profesión de higienista dental?

¿Ha cambiado mucho la forma de hacer tu trabajo desde que comenzaste?

Sobre todo hemos vivido una revolución tecnológica en los métodos de diagnóstico con los aparatos de hacer rayos X, TACs, escáner intraoral, cámara de fotos intraoral…Los instrumentos manuales y mecánicos que usamos son los mismos, pero han mejorado el diseño.

¿Cómo ha evolucionado el instrumental manual?

El instrumental manual es mucho más ligero y ergonómico. El instrumental mecánico también facilita mucho el trabajo, y llegamos a zonas más profundas con las puntas del ultrasonido especiales para esas zonas. La combinación de ambos instrumentos ayuda a que nuestra muñeca no sufra tanto como sufría antes, y el resultado es el esperado.

¿Quién ve más bocas en la clínica?

Seguramente Carlos Galindo. Como director médico, evalúa más bocas, y ve más pacientes. El higienista dental lo que tiene es que ve la boca en más profundidad, está más tiempo observándola durante el proceso de limpieza.

¿Nos cuidamos más la boca?

¿Ves bocas más cuidadas y bonitas ahora que en tus inicios?

La gente ha mejorado hábitos y alimentación. Por tanto, sí, las bocas están en mejor estado. Siempre hay quien con 30 años nunca había ido al dentista. Por miedo, por un tema económico. En este sentido, no se juzga a nadie. Lo más importante es ponerse en marcha, comenzar a construir una boca con salud.

Aficiones: natación y montañismo

¿Qué aficiones tienes?

Lo que más me gusta es nadar, como buena Piscis que soy [sonríe]. Pero con la COVID-19, dejé de ir, y la verdad es que he de retomarlo. Llevo nadando desde pequeña y es, junto con la montaña, lo que más me relaja y me evade de todo. En el agua y caminando por la montaña, puedo estar horas y horas, y soy feliz.

Me gusta mucho leer, aunque ahora tengo poco tiempo. Mi autor favorito es Stephen King; me encanta, soy fan total, y cualquier novela buena que mezcle historia y suspense también me gusta.

Por otro lado, me chifla ir a conciertos. Soy fanática total de Héroes del Silencio (Bunbury), Depeche Mode y Billy Idol.

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