¿Por qué es tan importante que una clínica dental cuente con odontopediatra para atender las necesidades de salud bucodental infantil? En este post te explicamos qué es la odontopediatría y muchas de las claves para que los dientes de nuestros hijos crezcan fuertes y sanos.
Clínica Dental Galindo, en Sants (Barcelona), ofrece todos los tratamientos de odontopediatría.
Odontopediatría en Clínica Dental Galindo
¿Qué es la odontopediatría?
La odontopediatría es la odontología infantil, que aborda los cuidados y los tratamientos bucodentales de los niños en las diferentes etapas de crecimiento y de desarrollo de su boca y dentadura. El odontopediatra es el profesional dental que explora y trata los dientes de bebés y niños hasta que salen los dientes definitivos. Muchas veces, esta atención odontopediátrica se alarga hasta la adolescencia, hasta que el niño cumple los 18 años.
¿Qué diferencias hay entre odontopediatría y odontología?
- La principal diferencia tiene que ver con la naturaleza de los dientes de los pacientes: los bebés desarrollan dientes de leche y, en la etapa de la dentición mixta, estos dientes temporales van cediendo el paso a los dientes permanentes, que suelen estar presentes en su totalidad a los 12 años.
- Por otra parte, la odontopediatría puede dedicar esfuerzos de forma efectiva a una configuración adecuada de las mandíbulas del niños. Y es que en el período de crecimiento de los huesos maxilares es mucho más sencillo corregir su forma, en caso de que esta sea incorrecta.
¿Por qué necesito un odontopediatra para mi hijo?
Como hemos dicho, el odontopediatra es el profesional especialista en el cuidado de los dientes de los más pequeños. Para entender la relevancia y la singularidad de la odontopediatría, hay que tener presente que los dientes de bebés y niños necesitan unos tratamientos —de prevención y de corrección de problemas— específicos, a causa sobre todo del desarrollo durante la infancia de los dientes definitivos.
Por otro lado, no debemos olvidar que el profesional de odontopediatría es quien mejor sabe tratar con los niños pequeños, que deberían vivir sus visitas al dentista como una experiencia positiva, que les estimule a cuidarse bien los dientes durante toda su vida, y no como malos ratos que pueden desembocar en miedo al dentista. Un buen equipo humano de odontopediatría en la clínica es clave para fomentar la higiene bucodental en niños.
¿Cómo cuida el odontopediatra los dientes de los niños?
Un buen odontopediatra garantiza la salud dental óptima de los más pequeños de dos maneras…
- Primero, con una excelente práctica odontológica, orientada a las necesidades de unos pacientes con una boca en desarrollo y en constante proceso de cambio. El odontopediatra cuida los dientes de leche —cuyo buen estado es fundamental para que los dientes permanentes salgan bien y en el sitio que toca— y también los dientes definitivos, a medida que estos van saliendo. Además, presta atención al correcto desarrollo de las mandíbulas, así como a potenciales problemas de alineamiento de los dientes y de maloclusión dental. ¿Qué es la maloclusión? Pues consiste en que los dientes de un maxilar no encajan bien con los del otro maxilar, es decir, los dientes de arriba no coinciden con los de abajo.
- En segundo lugar, un buen dentista infantil hace valer la habilidad y experiencia para que el niño se sienta cómodo en la clínica dental, con un nivel cero de estrés.
¿Qué funciones tiene un odontopediatra?
El odontopediatra tiene como principales misiones:
- Supervisar la dentición primaria —aparición de los dientes de leche— y la dentición mixta —los dientes de leche conviven con los dientes definitivos que los van sustituyendo de forma progresiva—.
- Tratar las caries de los niños, de forma preventiva —sobre todo en los dientes molares— y también cuando se manifiestan en los dientes del pequeño.
- Detectar problemas en la posición de dientes y huesos maxilares, y corregirlos a través de la ortodoncia infantil.
- Hacer tratamientos dentales.
- Solucionar los problemas provocados por golpes en la boca.
- Educar al niño en unos hábitos de higiene dental que deben durar toda la vida.
Dientes temporales y dientes definitivos: ¿tienen raíces los dientes de leche?
El diente definitivo y el diente temporal o de leche, son dos dientes totalmente independientes.
Hacia los seis meses de gestación, se comienzan a formar los dientes de leche. Y entre los 2 y 4 años de vida, se forman los dientes definitivos, que quedan por debajo de los de leche. Cuando un diente permanente comienza a erupcionar, provoca una reabsorción fisiológica de la raíces del diente de leche. Es por ese motivo que los dientes primarios empiezan a moverse y se caen.
Si te fijas en el diente de leche que se le ha caído a tu hijo o hija, verás que no tiene raíces. El motivo es que ha habido una reabsorción previa de esas raíces por parte del diente definitivo que lo ha reemplazado
¿Hay que cuidar igual los dientes de leche que los definitivos?
Si te habías preguntado si los dientes de leche son tan importantes como los dientes definitivos porque, al fin y al cabo, duran el tiempo que duran, debes saber que sí, que son igual de importantes. Si los dientes de leche no se cuidan ni se tratan cuando hace falta, hay riesgo de que los dientes que vienen detrás, los definitivos, salgan mal.
El ejemplo más sencillo de entender es la ausencia de un diente de leche a causa de, por ejemplo, un golpe: si no se mantiene ese espacio, hay riesgo de que salgan torcidos los dientes permanentes que van a su lado.
¿A qué edad debo llevar a mi hijo al odontopediatra?
No se puede empezar a hablar de odontopediatría sin explicar a partir de qué etapa evolutiva del niño hay que llevarlo por primera vez al dentista.
Tiempo atrás, el consenso que había entre los odontólogos era que el niño debe ir al dentista por primera vez a partir de los tres años, cuando ya le han salido todos los dientes de leche.
Sin embargo, la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) aconseja ahora que el pequeño haga su primera revisión dental al cumplir su primer año de vida. Según la American Dental Association (ADA) de Estados Unidos, la primera visita y limpieza dental hay que hacerlas al año o bien cuando salga el primer diente de leche.
¿Por qué es bueno llevar pronto el bebé al odontopediatra?
Los padres deberían llevar el bebé al dentista por primera vez cuando cumpla el primer año de vida o cuando erupcione su primer diente temporal o de leche.
Hay dos grandes beneficios de hacer la primera exploración dental del bebé al año, y de seguir concertando citas periódicas con el odontopediatra a partir de ese momento. Estas dos ventajas son una mejor salud oral durante toda la vida y una cultura de la higiene dental y las visitas al dentista, que eviten el miedo al dentista.
Una mejor salud bucal para toda la vida
Cuanto antes vaya tu hijo al dentista y siga —en esta primera etapa de su vida, con la participación total de los padres— una excelente higiene oral, de más salud van a disfrutar su dientes y encías durante toda su vida.
Los tratamientos preventivos y las buenas rutinas de higiene dental desde el primer año de vida, contribuyen a evitar la caries del biberón y otras formas de caries más adelante, problemas en el desarrollo de la boca y anomalías relacionadas con el surgimiento de los primeros dientes. Además, los niños con una boca saludable aprenden a comer, hablar y sonreír con más soltura y confianza.
Hacer revisiones desde el momento en que aparecen los primeros dientes de leche previene toda clase de problemas dentales que se pueden manifestar con el paso del tiempo, como maloclusión, dientes mal situados, paladar estrecho o bruxismo
Sin miedo al dentista
Si tu hijo visita de forma regular un dentista —es decir, no solo cuando le duele un diente—, es mucho menos probable que acabe teniendo miedo al dentista. ¿Qué conseguimos? Pues ni más ni menos que la consolidación del hábito de ir al dentista durante toda la vida de ese niño, lo que se traduce en una mejor salud bucodental.
¿Hay que cepillar los dientes del bebé?
Cuando aún no tienen dientes, no hace falta utilizar un cepillo dental. Es más que suficiente pasarles un trocito de gasa o un paño humedecido con un poco de agua.
Cuando ya asoman los primeros dientes de leche, sí que se les puede hacer el cepillado dental. Cuando el hijo es tan pequeño, hay que utilizar un cepillo de dientes para bebés, con muy poca cantidad de pasta dentífrica con flúor. No importa si el padre o la madre son incapaces de cepillar bien la boca al principio. Lo que de verdad es relevante es que el bebé se acostumbre al cepillado, y que lo vea como una parte de su rutina diaria que mantendrá durante el resto de su vida.
¿A qué edad puede llevar ortodoncia un niño?
Los niños pueden ir a ver al ortodoncista una vez empiezan a salir los dientes definitivos, alrededor de los siete años. A esta edad, los problemas de mordida (maloclusión) y de apiñamiento dental (los dientes se amontonan en poco espacio) comienzan a ser evidentes. Y, como pasa siempre cuando se trata de salud, cuanto antes se aborden los problemas, más fácil es el tratamiento. Es decir, un tratamiento de ortodoncia ahora, cuando el niño es pequeño, es más sencillo y menos costoso que unos años más tarde, o ya en la edad adulta.
Comenzar pronto no significa que el niño deba lleva ortodoncia al momento. Un abordaje temprano de las anomalías en la posición y alineamiento de los dientes puede sencillamente conllevar que el ortodoncista identifique los problemas que hay y que decida cuándo es el mejor momento para poner en marcha el tratamiento.
La Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO) asegura que es bueno hacer una primera revisión ortodóncica a los seis años, aunque parezca que los dientes estén creciendo con normalidad.
En resumen, una ortodoncia temprana hace más fácil, corto y económico el tratamiento
¿Debo llevar a mi hijo al ortodoncista cuando le hayan salido todos los dientes definitivos?
Ya hemos explicado que el mejor momento para llevar por primera vez el niño al ortodoncista es cuando comienzan a erupcionar los dientes permanentes. Por tanto, no hay que esperar a que le hayan salido todos los dientes definitivos, cosa que suele ocurrir a los 12-13 años (sin tener en consideración las muelas de juicio).
Es crucial que los profesionales de la clínica dental evalúen los dientes del pequeño durante el período de dentición mixta, de los seis a los 12 años. Esta etapa es cuando los dientes temporales coexisten con los permanentes. Y es que en esos años, los dientes de leche van siendo reemplazados de forma progresiva por los dientes definitivos.
Durante la etapa de dentición mixta también tiene lugar el desarrollo de los huesos maxilares de los niños. Como estos huesos están aún creciendo, es fácil intervenir en este momento para darles —en caso de que sea necesario— la forma adecuada. ¿Cómo lo conseguimos? La respuesta es la ortodoncia interceptiva.
¿Cómo hacer que mi hijo se cepille los dientes?
Las mejores maneras de afianzar esta rutina de higiene bucal infantil es limpiarles los dientes desde que son bebés —cuando no hay dentición, con una gasa, y luego, con un cepillo para bebés—, y convertir este hábito en algo divertido. ¿Por qué no cepillarnos los dientes con nuestros hijos pequeños? ¿Compramos en familia un cepillo de dientes original y singular para los más pequeños? ¿Qué tal reproducir en el móvil una canción durante el tiempo en que el niño se cepilla los dientes? ¿Y qué te parece la idea de tener un reloj de arena que marque los tres minutos necesarios para un buen cepillado?
¿Cómo conseguir que un adolescente tenga unos dientes saludables y bien alineados?
Llevar al niño al dentista desde el primer año de vida o desde el momento en que le salen los dientes de leche, y llevarlo al ortodoncista a los 6-7 años, cuando empiezan a aparecer los primeros dientes definitivos, son buenas prácticas que facilitan que el menor llegue a la adolescencia con unos dientes fuertes y sin problemas de alineamiento.
Con seguimiento odontológico desde el primer año de vida y con los tratamientos que pueda hacer falta, el niño alcanzará los 12 años de edad con una boca en perfecto estado. La boca del adolescente habrá madurado de forma impecable desde tres puntos de vista:
- Cuando salgan los segundos molares definitivos (a los 12 años), todos los dientes van a estar en la posición que les corresponde.
- Los huesos maxilares habrán crecido de forma adecuada.
- Dientes y encías van a disfrutar de una buena salud si el menor sigue en casa unos buenos hábitos de higiene dental.
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Especialista en Implantología, Periodoncia y Estética Dental. Sus más de 20 años de experiencia en odontología integrada le permiten tener una amplia visión de los planes tratamientos dentales que pueden realizarse y así ofrecer la solución más adecuada a nuestros pacientes.