Andrea Quagliariello, investigador del Departamento de Biomedicina Comparativa y Ciencias de los Alimentos de la Universidad de Padua (Italia), ha compartido con nuestra clínica dental los apasionantes descubrimientos que han hecho a partir de dientes de los protagonistas de la transición desde una sociedad cazadora-recolectora a una sociedad agrícola-ganadera.
Dientes del Paleolítico y Neolítico
El estudio que ha dirigido ha sido posible gracias a la disponibilidad de muchas piezas dentales de pobladores de lo que es hoy el sur de Italia durante un larguísimo periodo de tiempo: desde el año 31.000 a.C. hasta el 2.200 a.C, ya en la Edad de Bronce.
Los avances tecnológicos también han hecho posible esta investigación. Así, la tecnología para extraer ADN del sarro de estos dientes no ha estado disponible hasta hace relativamente poco. Y la extracción de las proteínas del sarro solo se pudo empezar a hacer 10 años atrás.
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Dos investigadores del estudio analizan muestras de huesos y dientes del Neolítico en el laboratorio de Florencia (Italia).
Dientes de la Prehistoria para mejorar las bocas del futuro: estudio de la microbiota
En esta entrevista, el Dr. Quagliariello nos ayuda a entender cómo los asentamientos agrícolas y ganaderos fueron perjudiciales para la microbiota oral de estos antepasados. En el Paleolítico, nos dice, había muchas bocas perfectas y en un magnífico estado, gracias a la biodiversidad de la dieta de nuestros ancestros cazadores-recolectores.
El trabajo de este equipo de investigadores italianos toma una perspectiva evolutiva con la vista puesta en las generaciones venideras. Andrea Quagliariello sostiene que lo que estamos aprendiendo sobre los dientes de nuestro pasado puede ser muy importante para los dientes del futuro.
Evolución de las bacterias orales en el camino hacia una sociedad agrícola
¿Qué impulsó a su grupo de investigación a analizar los dientes de la población del sur de Italia en la transición de una sociedad cazadora y recolectora a una sociedad agrícola y ganadera?
Sabemos todavía poco sobre cómo la dieta alimentaria influye en la microbiota oral, es decir, en el conjunto de microorganismos que habitan nuestra cavidad oral. Y se trata de una área de investigación interesante porque, tanto la microbiota oral como la intestinal, tienen una fuerte relación con la salud humana. La pregunta que nos estimulaba era: ¿cómo ha evolucionado la relación entre los humanos y las bacterias que estos albergan? La disponibilidad de dientes humanos del Paleolítico Superior y del Neolítico nos permitía hacer fotografías directas de los diferentes momentos de esta evolución durante la transición hacia una sociedad agrícola y ganadera. El objetivo era determinar cómo evolucionó la composición bacteriana de la boca en aquel periodo de transición de la humanidad, asociando este cambio a la evolución hacia una dieta mucho menos biodiversa.
Por tanto, ¿el cambio de la dieta modificó la microbiota oral de los humanos?
Sí, la transformación de la alimentación tuvo un gran impacto en las bacterias orales y también en las bacterias intestinales.
‘Coevolución’: el largo viaje común de las bacterias y sus huéspedes humanos
Otra idea atractiva que usted ha mencionado es que, a lo largo de la historia, no solo hemos evolucionado los humanos, sino también los microorganismos con los que convivimos.
Exacto, este fenómeno se describe con el término coevolución. Tanto los seres humanos como los microorganismos de los que son huéspedes evolucionan simultáneamente, interactuando y afectándose mutuamente en este proceso.
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Dr. Andrea Quagliariello, responsable del estudio sobre los dientes del Paleolítico y Neolítico en el sur de Italia.
Empeoramiento de la microbiota oral
¿Qué hallazgo de este estudio les sorprendió más?
Lo que quizás nos impactó más fue la transformación a peor de la composición bacteriana. La microbiota del Neolítico es muy distinta a la de finales del Paleolítico.
Cuando dice que la microbiota de la boca empeoró, ¿tenemos que entender que aumentó la presencia de bacterias patógenas, malas para la salud?
Sí, creció la presencia de especies patógenas, como Porphyromonas gingivalis, vinculada a enfermedades orales y extraorales, como problemas cardiovasculares y Alzheimer. Pero no solo aumentó el nivel de bacterias negativas para la salud de la boca. Así, a lo largo de este proceso, perdieron peso específico especies beneficiosas, también llamadas probióticas, hasta pasar a ser casi ausentes. Además, también aumentaron su presencia en la boca especies de bacterias con un efecto neutro sobre la salud bucal.
Transición lenta de la microbiota oral
¿Cómo de rápida fue esta transformación de la microbiota oral?
Fue una transición muy lenta. El peso específico de algunas especies de bacterias fue variando a lo largo del tiempo. Tengamos en cuenta que, en una primera etapa, coexistió la dieta de los cazadores-recolectores autóctonos con la dieta de los agricultores-ganaderos que emigraron a lo que es hoy el sur de Italia desde Anatolia, y llevaron allí la revolución neolítica. Eso quiere decir que la dieta no cambió de un día para otro. Ahora bien, entre el año 6.000 a.C. y el año 4.000 a.C., la transformación de las bocas fue muy significativa. En nuestro estudio, prestamos atención a dientes del periodo comprendido entre los años 31.000 a.C. y 2.200 a.C.
Cambio de alimentación en el Neolítico: deterioro de la salud de la boca
Como hemos visto, una de las conclusiones que más llaman la atención de la investigación es que la salud oral de los humanos empeoró al cambiar la dieta en el Neolítico. ¿Cómo contribuyó la nueva alimentación al deterioro de la salud de la boca?
Con la revolución neolítica, que llegó a Italia hacia el año 6.000 a.C., los pobladores pasaron a seleccionar muchas menos formas vegetales en su dieta. El consumo de especies animales también perdió variedad. En definitiva, esta reducción del espectro de alimentos redujo, a su vez, la biodiversidad del microbioma. En la cavidad oral, disminuyó la biodiversidad de las bacterias.
La explicación de la menor biodiversidad de la boca
Los seres humanos dejaron de comer bastantes tipos de alimentos, y pasaron a consumir mayor cantidad de otros alimentos. ¿Cómo se tradujo ese fenómeno en una biodiversidad más pobre de la boca?
Las diferentes especies de bacterias compiten entre ellas, por decirlo de algún modo, por un espacio vital en la cavidad oral. Y los alimentos aportan los sustratos que utilizan las bacterias para nutrirse. Si determinados alimentos desaparecen de la dieta, desaparecen los sustratos necesarios para la presencia de bacterias beneficiosas para la boca.
¿Sigue siendo un problema esta poca biodiversidad oral en la actualidad?
Sí, se trata de un riesgo actual. Tenemos un microbioma muy pobre. Las poblaciones que siguen modelos de producción de los alimentos más tradicionales, presentan una biodiversidad más rica.
Dientes bonitos en el Paleolítico
Paradójicamente, ahora que tenemos los mejores medios de la historia para nuestra higiene oral, con pastas de dientes, colutorios, hilos dentales e higienes dentales y otros procedimientos en la clínica dental, la microbiota de nuestra boca tiene más elementos patógenos.
Sí, lo podemos ver así. Los cambios en la alimentación han contribuido a la proliferación de especies de bacterias patógenas, pero tenemos medios para contrarrestar estos efectos negativos. Lo que nos sorprendió fue el óptimo estado de muchas piezas dentales correspondientes a la sociedad cazadora-recolectora. La gran biodiversidad de la dieta favorecía una buena salud oral. Evidentemente, no utilizaban pasta de dientes. Pero sabemos que solían comer raíces, que requieren un importante esfuerzo de masticación que tiene un efecto similar al del cepillado de dientes.
¿Todas las muestras eran de adultos?
Sí, los dientes del estudio corresponden a humanos de 20 años de edad o más, que es cuando la composición bacteriana de la boca está completa, y cuando estos individuos habían consolidado un tipo de alimentación común a toda la comunidad. En la adolescencia, las pautas de alimentación podían ser diferentes.
¿Dientes blancos en la Prehistoria?
Dientes de adultos de diferentes edades, en buen estado. Podríamos incurrir en el error de pensar que, en el Paleolítico, los humanos perdían dientes muy pronto.
Nada más lejos de la realidad. Muchos de los dientes de cazadores-recolectores eran sanos y perfectos. De hecho, nos resultó difícil encontrar muestras de sarro en los primeros agricultores. ¡Había incluso dientes de una tonalidad blanca!
Dentistas en el Neolítico
Pero las clínicas dentales hubiesen tenido muchos pacientes que atender al final del Neolítico, ¿no es así?
[Sonríe] Hubieran sido útiles, sí. Hacia la parte final del Neolítico, los dientes ya tenían sarro y caries, y había piezas que se habían perdido por una deficiente salud bucodental.
Investigación a partir del sarro de dientes prehistóricos
Lo que puede sorprender a muchas personas sobre su investigación es cómo han sido capaces de averiguar, a partir del sarro, cómo era la microbiota oral y qué alimentación seguían los pobladores del sur de Italia en esa etapa de transición de la historia de la humanidad.
El sarro nos ha facilitado las cosas. Pensemos que el sarro es un biofilm que atrapa todo lo que hay alrededor: bacterias, virus, hongos, proteínas, etc. De hecho, es la única parte de nuestro cuerpo que se fosiliza en vida, cuando estamos vivos. Si no eliminas esta película de forma mecánica, el sarro puede permanecer hasta nuestros días.
¿Qué han analizado en el sarro de los dientes del Paleolítico y del Neolítico?
Hemos trabajado con un laboratorio de ADN antiguo en Florencia. Se hizo la extracción de ADN de los dientes. Para que los resultados del estudio fuesen consistentes, era importante poder discriminar la contaminación que las piezas dentales hayan podido acumular después de la muerte de sus propietarios, a lo largo de miles de años.
Conocer la dirección evolutiva de nuestra microbiota oral
¿Qué están investigando ahora?
Estamos ampliando el estudio con la búsqueda de marcadores bacterianos ligados a la alimentación en otras transiciones de la historia. ¿Cómo han evolucionado nuestras bacterias hasta nuestros días? ¿Qué dirección evolutiva tiene nuestra microbiota?
¿Están estudiando dientes de la Edad Media o de la Revolución Agrícola?
Sí, el objetivo es comprender la evolución de los últimos 30.000 años.
La microbiota oral del futuro
¿Qué beneficios puede tener todo este trabajo para el futuro de la microbiota de nuestras bocas?
En primer lugar, es bueno entender cómo puede evolucionar el microbioma en el futuro a partir del conocimiento que tenemos de nuestro pasado. Con este conocimiento, podemos diseñar una respuesta.
Reconstruir bacterias beneficiosas del pasado
¿Ciencia aplicada?
Sí, podemos intentar reconstruir bacterias beneficiosas y probióticos de nuestro pasado. Una de las bacterias que hemos reconstruido tiene un menor factor de virulencia, lo que es positivo para nuestra salud. En el pasado, disponíamos de menos armas de defensa, porque las amenazas no eran tan fuertes. Podemos hacer la analogía con el antivirus de un ordenador. A medida que las amenazas son más variadas y más intensas, el antivirus debe ser más potente, más agresivo.
¿Podremos mejorar la salud de nuestra boca a partir del conocimiento de su investigación?
Ese es uno de los principales objetivos. Encontrar respuestas en el pasado que nos ayuden en nuestra salud oral del futuro.